Gestionar
eficazmente el tiempo es una competencia y una habilidad que se debe valorar
muy positivamente en nuestros colaboradores,
puesto que es clave para mejorar la competitividad y productividad de
nuestras organizaciones.
En
muchas ocasiones cuando terminamos la jornada laboral tenemos la sensación
que no hemos realizado todas las tareas que deberíamos haber concluido, que hemos perdido el tiempo en temas
secundarios y que se nos acumulan las tareas.
Para
evitarlo podemos tratar de aplicar algunas de las siguientes pautas de
gestión eficaz del tiempo:
Planificar
la jornada
Hay
que decidir qué se ha de hacer. Programar implica asignar los recursos más
importantes y escasos, como es el tiempo.
Sería
necesario pensar cinco minutos en programar las tareas que hay que realizar,
esta planificación debe ser tan ágil y tan flexible como lo permita el
trabajo. Lo importante es decidir, con la antelación suficiente, qué se
quiere alcanzar, qué actividades se consideran precisas; y en qué momentos se
deben iniciar o tener terminadas las citadas actividades.
Priorizar
las tareas
Todo
trabajo tiene un objetivo final al que se llega a través de la realización de
diferentes tareas. Todas las funciones conlleva un proceso que incluye
actividades más importantes y otras más prescindibles. Clasificar las tareas
en diferentes áreas es importante, por un lado, analizar qué tareas puedes
realizar sólo tú; por otro lado
analizar qué tareas se pueden delegar. Hay tareas sencillas de realizar pero
que quitan mucho tiempo, si tienes la posibilidad, esas son las tareas
perfectas para delegar y así agilizar tu proceso laboral.
Identifica
los ladrones de tu tiempo
Los
ladrones del tiempo son esas pequeñas o no tan pequeñas interrupciones que
finalmente acaparan gran parte de la jornada, se estima que reducen entre un
50% y un 70% la jornada, afectan a nuestra capacidad de concentración. Los
más comunes en casi todos los trabajos
son llamadas de teléfono inesperadas, correos electrónicos, wasap o atender a consultas y dudas de compañeros
son las más frecuentes.
Es
importante dedicar unos minutos a identificar estas interrupciones para poder
poner los medios para evitar esas interrupciones lo máximo posible.
Evitar
reuniones improductivas
Se
están convirtiendo en uno de los principales impedimentos del trabajo en
equipo. Ya no solo es el tiempo que se pierde en ellas sino las constantes
interrupciones que suponen durante el día.
Aunque
existen multitud de situaciones en las que una reunión es útil, también las
hay que son una completa pérdida de tiempo. Para intentar evitar éstas
últimas lo más conveniente es detectarlas a tiempo y evitarlas. Para ello es
fundamental que dediques un espacio de tiempo a analizar cuál será el
propósito de la reunión y si tu presencia es indispensable. Las reuniones
debían estar limitadas a aquellos miembros del equipo que fuesen
indispensables para el tema que se trata en cada una de ellas.
Gestionar
imprevistos
Es
habitual que en nuestra jornada laboral tengamos imprevistos no planificados
y a los que debemos atender. Reservar un espacio de la jornada para estas
situaciones te ayudará a planificar eficazmente la jornada.
Realizar
pausas planificadas
Hacer
pausas para que descansar, intervalos
de una hora y media de trabajo intenso con descansos de entre 5 y 10 minutos
por cada periodo de máxima concentración, cuando la actividad se retoma, se
aumenta el rendimiento.
Una
gestión del tiempo eficaz y coherente sobre la base de las claves indicadas,
no sólo se podrá ahorrar en tiempo sino que además contribuirá a disminuir el
stress y por lo tanto, una mayor motivación y productividad.
Por
Marta Martínez (IMF Business School)
www.masempleocommx.blogspot.mx
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